PAELLA DE ALMEJAS, GAMBAS Y SEPIA

INGREDIENTES: 

6 tazas de arroz
¾ kg. de almejas
400 g. gambas
1 sepia mediana
1/2 kilo de mejillones
1 litro y medio de caldo de pescado
2 dientes de ajo
1/4 de pimiento rojo
1/4 de pimiento verde
Aceite y sal


Elaboración:

 

Preparamos el caldo de pescado, con cabezas de pescado, congrio, unos huesos de rape, cebolla, zanahoria y puerro. Cocemos unos 25-30 minutos, despues colamos y reservamos caliente.

Preparamos los mejillones, los limpiamos y abrimos al vapor,  colamos el caldo y los reservamos. 

A continuación hacemos los mismo con las almejas, las lavamos debajo del grifo y las metemos en  una olla con abundante agua y sal marina, las dejamos para que suelten la tierra, pasada media hora, las ponemos en una olla con un poco de agua tapadas, hasta que se abran, las vamos retirando y colamos el caldo, lo reservamos.

Mientras tanto, en una paella al fuego con un chorro de aceite, ó en una sartén, añadimos los dientes  de ajo pelados y partidos por la mitad, cuando estén dorados añadimos las gambas y damos unas vueltas, retiramos y reservamos.

Lavamos la sepia y la limpiamos, una vez limpia, la cortamos en trozos medianos rehogamos unos 5 minutos en la misma paella, ó en una sartén. 

Añadimos el pimiento cortado a trozos pequeños y sofreímos, agregamos ahora el arroz y lo dejamos unos minutos también, sin dejar de ir removiendo con la cuchara.

Juntamos el caldo de las almejas, mejillones y el de pescado que tenemos preparado y medimos 2 tazas por una de arroz y una más, lo mantenemos caliente.

Añadimos entonces a la paella un poco de caldo hasta que cubra ligeramente el arroz y aprovechamos para añadir algo de sal, si hace falta. Controlamos el fuego hasta que empiece a hervir, no con demasiada energía, añadimos el resto de caldo y las gambas, dejamos 15 minutos. 
Unos 5 minutos antes de apagar sólo  quedará añadir las almejas y los mejillones, sacamos fuera del fuego y lo tapamos con un paño de cocina, dejamos un par de minutos.

Y lista para disfrutar, acompañada de un buen vino blanco, en este caso un Albariño, muy frio.